Un ingeniero tiene en la cabeza soluciones. Es capaz de abrir mundos imaginarios.
Un gestor tiene en la cabeza números (principalmente el balance final o bottom line).
Pero un buen ingeniero también debe saber 'manejar números' y reconocer las limitaciones que impone la realidad.
Y un buen gestor debe también tener la audacia de aventurarse en soluciones arriesgadas.
viernes, 19 de octubre de 2012
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